viernes, 15 de octubre de 2010

Juan Illanes salió de madrugada y bromeando de la mina

01.40 horas, Patricio Robledo, infante de marina y enfermero de la Armada, llega hasta el fondo de la mina con una misión, rescatar a Juan Illanes. Al abrirse la cápsula, el técnico eléctrico, de 51 años, nacido en Bulnes pero con residencia en Chillán Viejo, recibe al rescatista con una sonrisa. En medio de las difusa imagen televisiva,la mueca de Illanes es inédita y diametralmenta opuesta al rostro lacónico con el cual llamó la atención del Presidente Piñera al recordarle que estuvo en el conflicto del canal Beagle en 1978. Reservado –sólo ayer se supo que la mentada carta que en secreto entregó al periodista de TVN, Amaro Gómez Pablo no era más que un saludo efusivo a su familia y a los chillanvejanos- su pálida y ahora más delgada humanidad derrochaba en silencio alegría.
02.04, y en la superficie una chicharra  alerta que la cápsula se encuentra entrando en el encamisado.
En la calle Ángel Parra, en Chillán Viejo, su madre Elsa Palma y su hermana, Justina, se aferran emocionadas a la pantalla. Su casa es un hervidero de emociones. Hay cinco medios de comunicación compartiendo la mesa familiar.
“Es emocionante, siempre soñamos con este día, pero nunca me puse en esta situación”, explicó Justina, con los ojos llorosos y un vaso de plástico con bebida en la mano, el mismo que amablemente sirvió a los periodistas presentes en su hogar.
Entonces, como todo ese día, la mirada nuevamente se concentra en la pantalla. La cápsula se asoma y ve la luz. La televisión capta a Carmen Baeza, la esposa del eléctrico egresado del Insuco. Enfundada en un abrigo gris claro y con una bufanda sin pasar por el cuello, su rostro, duro y marcado por la espera, parece inmutable. “No sé que le voy a decir” había dicho antes. No fue necesario, las palabras sobraron. 02:07, ¡Grande Illanes! Se escucha en la superficie mientras la Fenix II sale completamente del ducto. La Compuerta se abre y el chillanejo emerge con los brazos en alto, en su primer contacto con el exterior, después de 68 días bajo 700 metros. Visiblemente más delgado, premunido de gafas y rebozante de alegría, si figura luce más jovial que aquella inerte fotografía exhibida una y otra vez en los medios.
Sus primeras palabras: “Tengo mucho público”, comenta con humor. ¿Cómo estuvo el viaje?-le preguntan- “Bueno, bueno, un crucero”- replica, siempre con la sonrisa a flor de piel. Llegan los abrazos. Largo y tendido con Carmen. No hubo beso. A continuación, el turno del presidente, la primera dama y el ingeniero Andrés Sougarret. Otro ingeniero se le presente y le balbucea: “Este pozo lo hiciste tu”, “así dicen”, responde Illanes y repite.. “así dicen”, aludiendo a la maniobra clave realizada abajo, que le permitió “recibir” a la T-130 y la consiguiente explosión para permitir el paso de la perforadora.
El hombre ahora está tendido en una camilla para el chequeo de control. 02:10, la cámara lo deja. La atención la tiene ahora Carlos Mamani, minero boliviano que, tal como el chillanejo, tal como otros 31, tal como miles más, llegan regularmente a la mina en busca de un futuro mejor.  

(Relato de rescate a minero chillanvejano Juan Illanes desde la perspectiva de un lector de Chillán 14-10-2010)